Ternura de abrazos y sábanas
que no volví a sentir.
Fuiste mi «romántico» y
te fuiste del todo.
Lloraba de celos,
reías de amor.
Me creías loca
por desear tu exclusiva.
Incumplías pactos.
Me amabas y tus
caricias calmaban mi pena.
Descubrí en mi locura
tu mentira:
eras un repartidor de mimos.
M e a l e j é.
Con los años te busqué
y no me acerqué.
«Otro día«, pensé.
Te fuiste antes del reencuentro.
Ese «otro día» que no llegó
revive las arrugas en las sábanas.
En memoria de C.C.A.
©Nuria Riera Wirth