Jordi Aldeguer

Nació entre montañas de libros (sic) para ilustrar su infancia y adolescencia. Trabajó en el taller familiar siendo niño y adolescente. Allí construían miniaturas de cañones clásicos, pistolas decorativas, sujeta libros y muebles de forma artesanal. También encuadernaban libros cuando era requerido. En este lapso, que terminó a los dieciocho años, se definieron sus inclinaciones. Fue a través del trabajo manual que llegó a la escritura. Escribiendo a mano, encontró esa cercanía a la artesanía de ambas prácticas ornamentales. Durante los trabajos más repetitivos empezó a escribir la poesía con la que interrumpía y mezclaba esas tareas monótonas en las que avejentaba cuñas de madera quemándolas o pulía los cañones tratados químicamente que montaba en ellas. Artesanía, alquimia, transmutación.
Uno de sus poemas largos, titulado “Soberana”, se empleó en la realización de un corto en super-8 al estilo setentero. Su primera novela germinó cuando tenía veintidós años. Escribía textos para una revista que eran censurados o tergiversados por el consejo de redacción. Si esto denotase calidad, ahí queda toda esa producción que se ha perdido. Ha participado en numerosos talleres de escritura creativa para contentar su pasión por la escritura, asumiendo su vertiente más lúdica y terapéutica. Por eso, en estos últimos tiempos, conectado a Barcelona Escribe, está reescribiendo su equipaje con una nueva madurez acercándose a un lector potencial que adquiere corporalidad y pensalidad en sus compañeros de afición.